Llega “Luminescent Creatures”, la obra maestra de Ichiko Aoba [Reseña]

Llega una nueva pieza dentro de la discografía de la cantautora japonesa Después del lanzamiento de su exitoso álbum de estudio Windswept Adan, un disco en vivo en compañía de uno de los ensambles de...

Llega una nueva pieza dentro de la discografía de la cantautora japonesa

Después del lanzamiento de su exitoso álbum de estudio Windswept Adan, un disco en vivo en compañía de uno de los ensambles de cuerdas más prestigiosos en toda Europa y el soundtrack para la película Amiko, la talentosa cantautora japonesa Ichiko Aoba, nos presenta su nuevo material, Luminescent Creatures.

Esta nueva pieza en la discografía de Ichiko funge como continuación en la historia del protagonista de Windswept Adan. ¿Qué sucedería después de que desapareciera junto con la música de los habitantes de la isla? ¿Qué quedaría?

Mientras Ichiko visitaba las islas Ryukyu y realizaba investigaciones en el archipiélago nipón, quedó fascinada por la dualidad del océano, una belleza infinita acompañada de su impactante presencia que ocasionalmente le aterraba. 

Así es como nació el concepto para Luminescent Creatures, que desde su portada, letras y paisajes sonoros refleja la contradicción de delicadeza y poder del inmenso y asombroso océano. 

A lo largo de las once canciones del disco, Ichiko, con la colaboración de Taro Umebayashi en la producción, plasmaron un álbum íntimo, sereno y apantallante. Demostrando la extraordinaria técnica y habilidad que tiene la multiinstrumentista japonesa para crear impactantes piezas que te llegan al alma.

Empezando con “COLORATURA”, Ichiko nos recibe con unas dulces notas de flauta acompañadas por guitarras acústicas y percusiones que oscilan como la suave brisa del mar. Posteriormente, la pista se divide en dos, dejando atrás las múltiples capas sonoras por un estilo más rudimentario, directo y personal.

Continuamos con “24° 3′ 27.0″ N, 123° 47′ 7.5″ E”, cuyo nombre corresponde a las coordenadas del faro de Kuroshima, que converge entre el mundo urbano y la naturaleza. Esta pista es el primer interludio del álbum: es dramático y relajante a su vez, con solo tres elementos: un piano, una guitarra acústica y la poderosa voz de Ichiko.

Seguidamente tenemos “mazamun”, que con un estilo lo-fi en la producción fija al instante una sensación de nostalgia. Conforme avanza la canción, se añaden ideas nuevas, incorporando percusiones metálicas y melodías que caen como gotas de lluvia, creando una experiencia fluctuante y dinámica.

Con la siguiente canción, llamada “tower”, Ichiko nos cautiva con una pieza en colaboración con la agrupación Phonolite Strings, una orquesta dirigida por Hiroaki Mizutan y compuesta por más de diez miembros. La colaboración resulta en una elegante pista que suena completa y grandiosa. Fácilmente podría pertenecer al soundtrack de alguna película de Studio Ghibli o de algún videojuego de la saga de The Legend of Zelda.

De manera inmediata, llega “aurora”. Una pieza fina que te transporta a lugares llenos de vegetación y luz, en la que fluye agua plácidamente por tus pies. A pesar de ser una de las piezas más cortas del disco, con tan solo dos minutos es suficiente para atraparte.

Casi a la mitad del álbum, aparece el último sencillo que Ichiko lanzó para promocionar Luminescent Creatures, “FLAG”. Una canción que tiene como base una pacífica guitarra acústica, cuyas notas te llegan al corazón. A pesar de ser una de las canciones más elementales del álbum, con un solo instrumento y la azucarada voz de Ichiko es suficiente para generar una atmósfera profunda. 

Inmediatamente, surge el segundo interludio del álbum, “Cochlea”. Cuenta con diversas campanas de viento que se mueven de un lado a otro, relajando al oyente y lo prepara para la siguiente canción, “Luciférine”.

Un brillante piano en conjunto de la talentosa orquesta Phonolite Strings arranca la canción para que la cantautora japonesa vuelva a hacer su magia. Que te envuelve en su totalidad en medio de los instrumentos de cuerdas y la refinada voz de Ichiko. Te hacen levitar como esa escena en La La Land, cuando Sebastian y Mia bailan por los aires en el planetario. Simplemente, una pieza espectacular.

Mientras que en “pirsomnia”, con unos tarareos orquestados por Taro Umebayashi, Ichiko armoniza. Creando una paleta sonora fría y penetrante. Modelando una de las canciones más interesantes del disco.

Asimismo, cual estanque inamovible, surge la penúltima pieza “SONAR”. Que te rodea de una sensación de paz gracias a sus escasos componentes sonoros. La entrega vocal de la cantautora es muy serena, casi al punto de susurrarte. 

Por último, tenemos al elemento final de Luminescent Creatures, “惑星の泪 (Wakusei no Namida)”, que cierra el álbum de manera agridulce. A pesar de la melodiosa guitarra que acompaña a la maravillosa voz de Ichiko, existe una sensación de tristeza, como si nos recordara de repente que todo tiene un fin. Que en un santiamén todo se te puede ser arrebatado. 

La belleza y la ferocidad del mar son representadas a la perfección durante esta pieza de tan solo tres minutos, concluyendo así este impecable álbum. Que no nos deja más que unas ganas inmensas de presenciarlo en vivo y reconectar con las melodías.

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