“Tibu” sabe lo que es demostrarle al mundo que Hombres G puede llenar la plaza de toros Las Ventas, de Madrid. Y sabe también lo que es estar en la cárcel acusado por haber defraudado con 220 mil euros a El canto del loco.
“Tibu” fue el hombre más poderoso del entretenimiento español en la década de los noventa y los primeros años del siglo XX. Músico, productor y sobre todo mánager de cantantes, por su oficina pasaron Miguel Ríos, Luis Eduardo Aute,Silvio Rodriguez, Marta Sánchez, Javier Gurruchaga, Julio Iglesias, Hombres G, Las Ketchup y un larga lista. Hasta que su estrella colapsó en 2010 con un juicio en el que los integrantes de El canto del loco lo acusaron de “apropiación indebida”. En 2015 ingresó en la cárcel y ocurrió entonces lo que hoy es uno de sus recuerdos más dolorosos, ya que provino (como suelen ser esos golpes) de quien menos hubiera pensado: Luis Eduardo Aute.
“Yo participé en la vida de Aute de manera intensísima durante 20 años. Estuve en su carrera y en su familia. No obstante, fue uno de los primeros en saltar de barco cuando comenzaron mis problemas. Juntos vivimos experiencias maravillosas pero el desenlace fue malo, feo”. Tras cuatro años en la cárcel, “Tibu” (Carlos Vázquez Moreno, es su nombre real, mientras que Tibu es abreviatura de “tiburón”) salió en 2019 con una consigna: ajustar cuentas. Pero no de dinero, sino de emociones con aquellos que hicieron leña del mánager caído. “Yo tenía la empresa más grande de espectáculos en España y cuando vino la época de vacas flacas me di cuenta de que esos artistas que antes llamaban a mi puerta para pedirme favores, que me pedían dinero o querían aparecer en la tv, esos mismos fueron los primeros que salieron corriendo con mi paso por prisión”.
Así que decidió escribir su vida en un libro que se llama “Memorias de un mánager”. “Necesitaba hacerlo para empezar de nuevo, hacer tabla rasa; necesitaba contar mis experiencias”.
Igual que antes pasaron por su oficina y su casa, los artistas pasan ahora por su memoria que no olvida, por ejemplo, que no había lujo suficiente en los hoteles para saciar a Luis Eduardo Aute cuando estaba de gira con Silvio Rodríguez.
“Mucha gente me pregunta por qué hablo así de Aute, que ya está muerto. Pero yo creo que la muerte no te redime de las cosas malas que hayas hecho; como tampoco te quita todo lo bueno porque de Aute recuerdo que era también un genio maravilloso, un artista enciclopédico”.
“Memorias de un mánager” se presentará en México como parte de la Feria del Libro de Guadalajara y “Tibu” viajará para el lanzamiento. “Hace como ocho años que no voy a México y estoy ansioso por viajar porque es un país importantísimo en mi vida”. El episodio de los cuatro años en prisión (más dos meses, más un día) también es parte sustancial de estas memorias.
“Cuando salí de prisión realmente empezó mi condena. Mi tema judicial sucedió cuando yo era una persona muy conocida en mi ámbito y entonces, durante todo ese proceso, no me dio tiempo de enterarme de las cosas. Pero cuando entras a prisión el tiempo se detiene, pasas a ser un número y digamos que lo que ocurre afuera no te afecta tanto. Cuando sales, empieza el juicio popular y tienes que dar explicaciones todo el día, incluso al que vende el pan”.
Por eso, lo que salió de la pluma de “Tibu” fueron recuerdos en crudo. “Yo nunca me creí todo el proceso jurídico, pero me vi sometido a él y fui juzgado y se me condenó. Sacar el libro me permitió dejar las cosas en claro y liberar todos esos sentimientos encontrados”. Dice que quizá alguien pensaría que su retrato de los artistas hubiera podido ser una pantalla muy bonita, que relatara puras cosas ejemplares; pero hay un problema: “las cosas no fueron así, nunca se me permitió contar mi versión, para eso escribí el libro. Si me contemplo a mí mismo, veo un diablillo, pero si me comparo veo un ángel”.
Para ejemplo, lo que sucedió con David Summers, el vocalista de Hombres G, el mismo al que “Tibu” había llevado a la cima en aquel concierto con 20 mil fanáticos en la plaza de Toros de Las Ventas, en Madrid.
“Me dolió mucho el día que David hizo declaraciones ofensivas hacia mi persona, alineándose con las opiniones y el juicio que había hecho El canto del loco”.
Es notorio, por otro lado, que en la mente del mánager hay un personaje inmaculado: Miguel Ríos.
“De Miguel solo puedo decir cosas buenas, tanto de lo artístico como lo humano. Recuerdo un concierto en Barcelona, durante las Olimpiadas, en el que hubo amenaza de avalancha de gente con 200 mil personas. El presentador se puso nervioso y amenazó al público con que vendría la policía. Pero Miguel tomó el micrófono y tan solo con su palabra, aplacó al público en dos segundos. Fue un concierto maravilloso”.
“Tibu” ahora prepara un segundo libro más enfocado en su biografía y su actividad como
músico. “Tengo claro que mi historia es la de una persona que desde niño ha luchado por la música y no ha perdido un ápice de ilusiones. Me han tumbado en la lona, pero estoy dispuesto a levantarme, como Rocky Balboa”.
Editado por “Malpaso”, “Memorias de un manager” ha vendido cerca de 11 mil ejemplares, tanto en formato físico, como digital, y en breve su autor vendrá a México para presentarlo en la Feria del Libro de Guadalajara.