Banda Sonora para una generación, soundtracks que definen una era
Texto por José Ferrer
El movimiento musical que sacudió los 90 encontró en el cine un aliado para inmortalizar su sonido y su espíritu. Más allá de ser una corriente musical, el Britpop se convirtió en un reflejo de una época, un estilo de vida y sobre todo en el reflejo de una generación.
El cine, como espejo social, no fue ajeno a esta explosión cultural. A lo largo de los años, diferentes películas y documentales han capturado la esencia del Britpop a través de sus soundtracks, su estética visual o su representación de los cambios sociales y políticos de la época.
Una de las formas más directas en que el cine ha recibido al Britpop es a través de la inclusión de canciones de bandas icónicas como Oasis, Blur, Suede y Pulp en sus bandas sonoras.
Una de las películas de culto más populares, “Trainspotting” (1996) dirigida por Danny Boyle incluyó “Mile End” de Pulp, capturando el desencanto juvenil que también definía al Britpop, en este contexto, la inclusión de estos soundtracks creaba una atmósfera cruda y realista que reflejaba la vida de los jóvenes británicos de la época.
Otras películas, como “Fever Pitch” (1997), basada en la novela de Nick Hornby, utilizaron el fútbol y el Britpop como telón de fondo para explorar temas como la amistad, el amor y la identidad. La inclusión de estos temas en el cine británico independiente encontró una forma de conectar con su audiencia, evocando instantáneamente la atmósfera de los 90.
Estética y Espíritu: capturando el Britpop en el cine
Los videoclips fueron fundamentales en la promoción del Britpop y también influyeron en la estética cinematográfica. Directores como Anton Corbijn, quien trabajó con bandas como Joy División o Depeche Mode, llevaron la estética visual del género a nuevos niveles, combinando imágenes urbanas con un sentido de melancolía y rebelión que luego se trasladó al cine.
La estética visual y el espíritu del Britpop se puede apreciar en películas como “The World’s End” (2013), de la trilogía del “Cornetto” de Edgar Wright, que hace un guiño al Britpop, tanto en su banda sonora como en su ambientación visual.
“24 Hour Party People” (2002) escrita por Frank Cottrell Boyce y dirigida por Michael Winterbottom, aunque centrada en la escena de Manchester y el surgimiento del indie rock y el acid house, refleja el caos y la energía que también caracterizaron al género. El Britpop no solo fue un fenómeno musical, sino un movimiento cultural documentado en varias producciones. Tal es el caso de “Live Forever: The Rise and Fall of Brit Pop” (2003) escrito y dirigido por John Dower, que ofrece una visión retrospectiva del impacto de bandas como Oasis y Blur, y cómo su música resonó con una generación que buscaba identidad y voz.
La moda, los peinados y los lugares que aparecen en estas películas son un claro homenaje a aquella época, con su mezcla de lo retro y lo moderno, así como la representación de una juventud inquieta y rebelde, son elementos que el cine ha utilizado para transmitir el ambiente de los años 90.
El reflejo de una época vs otros movimientos culturales
El Britpop surgió en un momento de cambios sociales y políticos en el Reino Unido. La caída del Muro de Berlín, la reunificación alemana y el fin de la Guerra Fría habían dejado una sensación de incertidumbre en la juventud británica. Películas como “Brassed Off” (1996) escrita y dirigida por Mark Herman y “The Full Monty” (1997) dirigida por Peter Cattaneo, aunque no directamente relacionadas con el Britpop,
capturan el ambiente de lucha y resistencia que resonaba con las letras y actitudes de bandas como Oasis y Blur.
Comparar el Britpop con otros movimientos musicales de la época, como el grunge en Estados Unidos, es inevitable. Mientras que el grunge canalizaba una angustia existencial, el Britpop era una celebración de lo británico, una respuesta vibrante y optimista. Sin embargo, ambos movimientos se influenciaron mutuamente con el cine capturando esta interconexión en películas que combinaban elementos de ambos mundos, creando una banda sonora para una generación global.
El Britpop, con sus letras a menudo nostálgicas y melancólicas, se convirtió en la voz de una generación que buscaba su identidad.
El legado del Britpop, influencia en la música y el cine actuales
A pesar de que el Britpop como movimiento musical tiene décadas, su influencia sigue siendo palpable. Bandas actuales y cineastas siguen recurriendo a esta época dorada del pop británico para inspirarse.
Películas recientes como “Yesterday” (2019) dirigida por Danny Boyle, se centra en la música de The Beatles y evoca el espíritu de celebración y nostalgia que definió al Britpop. El cine independiente británico de los 90 encontró en el Britpop un recurso narrativo clave, “Human Traffic” (1999) escrita y dirigida por Justin Kerrigan y que narra las aventuras de un grupo de amigos en el Reino Unido, utiliza la música Britpop para subrayar el espíritu de camaradería y el deseo de escapar de las normas sociales.
“Shooting Fish” (1997) dirigida por Stefan Schwartz y coescrita con Richard Holmes y “Twin Town” (1997) dirigida por Kevin Allen capturaron la energía y la vitalidad de la juventud británica de los 90, estas películas no solo presentaban la música como un fondo, sino como un elemento integral de la identidad de los personajes.
Aunque han pasado más de dos décadas desde su apogeo, el espíritu del Britpop sigue inspirando a nuevas generaciones de músicos y cineastas. A través de sus canciones, sus videos y su estética combinada con la rebeldía juvenil y melodías pegajosas, sigue siendo una parte fundamental de la cultura británica, el Britpop capturó la esencia de una generación y se convirtió en una banda sonora para la vida.