Un Auditorio Telmex repleto, un escenario convertido en un portal repleto de luces y colores, y una audiencia lista para iniciar un viaje. Así comenzó el concierto que Empire of the Sun trajo a Guadalajara este 19 de Noviembre, donde el dúo australiano nos presentó una epopeya sonora con sus mejores canciones, dividida en cuatro actos muy especiales.
El show, dividido en cuatro actos, estuvo conformado por un despliegue de visuales que acompañaban perfectamente la narrativa de cada canción, y cambios constantes de vestuario que complementaban esta fantasía. Con bailarinas presentes en el escenario y elementos que aparecían entre canciones, aportaron una dosis extra de drama, reforzando la atmósfera onírica que la banda logra crear con su música.
Acto 1:
El viaje comenzó con una tormenta acompañada de “Changes”, dando paso a una secuencia perfecta que continuó con “The Feeling You Get”, “Half Mast”, seguida por “Cherry Blossom” y cerrando el acto con “We Are the People”. Aquí, el espectáculo empezó a tomar forma: las canciones eran una experiencia en la que el público se tenía que sumergir en cada transición.
Acto 2:
La magia siguió creciendo. Con “DNA”, “Television”, “Music on the Radio” y “Revolve”, la atmósfera se convertía celebre y vibrante, uniendo sonidos electrónicos y voces procesadas con las voces y energía de los tapatíos. “High and Low” y “Swordfish Hotkiss Night” fueron un estallido de euforia que mantuvo la conexión intacta entre la banda y los miles de asistentes.
Acto 3:
El corazón del show. “Ask That God” nos llevó a un espacio más profundo y más reflexivo. Seguido por “Happy Like You”, la mística creció aún más, preparándonos para el momento más esperado: “Walking on a Dream”. La icónica canción llenó el espacio, y el Auditorio Telmex se transformó en un solo ser, todos flotando, vibrando y cantando al ritmo de la canción.
Acto 4:
Para culminar, “Standing on the Shore” y “Alive” cerraron el ciclo, marcando la resurrección de una noche que nunca se detuvo. La tormenta inicial dio paso a una explosión de luz, colores y sonidos que transformaron la velada en una experiencia épica que Guadalajara no debería olvidar.
Fue mágico, surreal y visceral. Empire of the Sun nos construyó un universo. Desde los visuales hipnóticos que nos transportaron por la lucha de un mundo distópico hacia su renacimiento, todo estaba perfectamente calculado para crear un espectáculo inolvidable.