El pop de los ochentas fue un movimiento musical que se caracterizó por el uso de los sintetizadores, las cajas de ritmos, los samplers y los efectos digitales, que crearon un sonido innovador, bailable y pegadizo. El pop de los ochentas fue también un fenómeno cultural que marcó una época, con artistas como Michael Jackson, Madonna, Prince, Duran Duran, Depeche Mode, entre otros, que se convirtieron en íconos de la música y de la moda. El pop de los ochentas influyó en muchos géneros musicales posteriores, como el house, el techno, el hip hop, el indie y el rock alternativo.
Pero, ¿por qué nos gusta tanto el pop de los ochentas? ¿Qué tiene ese sonido y esa estética que nos atrae y nos emociona? ¿Qué nos dice el pop de los ochentas sobre nosotros mismos y sobre el mundo en el que vivimos? Estas son algunas de las preguntas que se plantea el músico peruano Mazu en su álbum debut ‘Origen de villano’, un homenaje al pop de los ochentas, pero con un toque personal y actual.
Mazu es un joven artista peruano que se atreve a mostrar su lado más humano y vulnerable en su primer disco, que es un disco conceptual que se divide en dos partes: la primera es la fase del desamor, donde Mazu expresa sus sentimientos de euforia, nostalgia y recuerdo por el amor perdido; la segunda es la fase de la recuperación, donde atraviesa una crisis existencial que lo lleva a cuestionarse su rol en la relación y su propia identidad, para luego aceptar la realidad y superar la situación.
Mazu confiesa que el disco es autobiográfico, y que lo compuso como una forma de terapia, de catarsis, de liberación. Mazu utiliza la música como un medio para expresar sus emociones, sus miedos, sus dudas, sus sueños. Mazu convierte su desamor en arte, y su arte en un mensaje de esperanza.
El sonido del álbum abarca todo el universo pop de los ochentas, pero con influencias de artistas más actuales como The Weeknd, Dua Lipa, Tame Impala, MGMT y Phoenix. Mazu utiliza sintetizadores, drum machines, samples y coros memorables para crear atmósferas envolventes y contrastantes
El disco fue producido por el propio Mazu junto con Andoni Granda (Los niños vudú) y Pepe Alcalde (Santa Madero). Los tres se recluyeron durante tres semanas en una casa en el balneario de Ancón, donde convivieron y trabajaron intensamente en el disco. También contaron con la colaboración de Jean Paul Medroa, quien aportó ideas y melodías. El disco se terminó de grabar en diferentes home studios de Lima y fue mezclado y masterizado por Juan José Salazar.
Está disponible en Spotify: