James Blake regresa a la Ciudad de México con un show inolvidable [Reseña]

Después de haber cautivado al público mexicano como parte del Festival AXE Ceremonia hace unos meses, James Blake volvió a la Ciudad de México para ofrecer un show en solitario en el Pepsi Center WTC....

Después de haber cautivado al público mexicano como parte del Festival AXE Ceremonia hace unos meses, James Blake volvió a la Ciudad de México para ofrecer un show en solitario en el Pepsi Center WTC. La noche comenzó con el acto de apertura a cargo de AIRHEAD, quien, armado con una guitarra y sintetizadores, ofreció un set minimalista que sirvió para encender los ánimos. Tras un breve agradecimiento, AIRHEAD cedió el escenario a la estrella principal.

Luego de algunos ajustes de producción y un pequeño retraso, las luces se apagaron, y James Blake apareció en escena con un elegante atuendo: un saco y pantalón café holgados. Abrió la velada con “Life Round Here”, “Loading” y “Mile High”, temas que establecieron una atmósfera íntima y emocional para lo que sería una noche inolvidable.

En el escenario, Blake estuvo acompañado por un guitarrista y un baterista que utilizaba un instrumento modificado, mientras él se colocaba del lado izquierdo con sus teclados. El diseño de iluminación, aunque sencillo, complementó perfectamente la experiencia, elevando cada momento musical. La voz de Blake, poderosa y precisa, resonó sin esfuerzo, incluso sin micrófono, cautivando especialmente a quienes se encontraban en las primeras filas.

Entre los momentos destacados estuvieron “Limit to Your Love” y “Lindisfarne”, después de las cuales Blake dirigió sus primeras palabras al público, agradeciendo su calidez y constante apoyo. La noche alcanzó uno de sus picos emocionales con “Say What You Will”, donde invitó a los asistentes a formar parte del coro. La conexión fue inmediata y conmovedora, logrando que todas las voces se unieran en una sola.

El set continuó con “In the End”, cuya versión en vivo retumbó en las bocinas del recinto sin comprometer la calidad del sonido. Más tarde, con “Are You in Love?”, Blake creó un momento de calma absoluta, donde su voz fue la única protagonista, generando una experiencia tan hipnótica como reconfortante.

Otras canciones que destacaron fueron “Can’t Believe the Way We Flow”, “Thrown Around” y “I’ll Come Too”. Su interpretación de “Voyeur” y “Tell Me” mantuvo al público en vilo, mientras Blake se acercaba continuamente al borde del escenario para leer letreros y conectar con los asistentes de manera cercana y genuina.

Uno de los momentos más memorables fue cuando Blake habló sobre los retos de la industria musical y la importancia de recordar por qué se crea música. Entre aplausos y vítores, expresó: “Yo siempre regresaría a México, si me lo preguntaran”, demostrando el cariño mutuo entre el artista y el público mexicano.

La noche cerró con una selección de temas icónicos. Blake interpretó su aclamada versión de “Godspeed” de Frank Ocean, seguida por “Retrograde”. Para el encore, ofreció un emotivo final con “Case of You”, “The Wilhelm Scream” y “Measurements”.

Sin errores técnicos y con un setlist impecable que abarcó diferentes etapas de su carrera, James Blake ofreció un espectáculo sólido, íntimo y perfectamente ejecutado. Más allá de su increíble talento como compositor y cantante, Blake demostró ser un ser humano auténtico y agradecido con la vida y su público. Si algo quedó claro, es que México siempre será un destino especial en su trayectoria, y los asistentes nos quedamos con el deseo de repetir esta noche una y otra vez.

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