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Desde la vibrante escena musical de Montreal, We Are Wolves regresa con su sexto y último álbum, “NADA“, una obra que encapsula dos décadas de experimentación sonora y rebeldía creativa. Tras cinco años desde su EP La main de Dieu, el dúo formado por Alexander Ortiz y Vincent Lévesque presenta un disco profundamente arraigado en los desafíos de nuestra época: la sobrecarga de información, el cambio climático y el malestar en tiempos de guerra. Platicamos con ellos sobre como fue trabajar en este material.
Mr. Indie: ”Attention” es una canción con un mensaje directo de ATENCIÓN, mencionan “Le monde est en ruine, tout est en feu”, me imagino que es un llamado hacia la problemática medioambiental actual ¿Hay algún hecho que los haya inspirado a hacer esta canción?
We Are Wolves: Claro. Creo que es un consenso general que todos somos conscientes de lo que está pasando en el mundo y cómo se está deteriorando rápidamente. Queremos seguir escribiendo canciones de amor, pero cuando el mundo está en ruinas, todo en llamas, se vuelve absurdo pensar en el amor si el mundo se acaba. No solo se trata del clima, sino también de guerras, conflictos civiles, la decadencia de la civilización.
Mr. Indie: Hablan de “la hora de la confesión”, “l’heure des aveux”. La palabra “atención” aparece mucho. Escuchando la canción, pienso en las protestas en museos, como las intervenciones a las pinturas de Van Gogh. ¿Qué opinan sobre el activismo a través del arte?
We Are Wolves: Me parece una forma creativa de captar la atención. Hoy en día estamos tan sobreestimulados que, para lograr atención, debes ser innovador y disruptivo. Las protestas tradicionales pierden impacto. El activismo creativo tiene un gran poder, y cualquiera que sea su forma, es necesario para llamar la atención sobre temas importantes.
Mr. Indie: Hablando de mensajes, tienen una canción aún no lanzada, La fin du monde. Escucho claramente “C’est la fin du monde”. ¿Está conectada con Attention o tiene un mensaje diferente?
We Are Wolves: Están definitivamente conectadas. La fin du monde tiene un toque más romántico. Cuando algo importante termina, como una relación profunda, puede sentirse como el fin del mundo. No solo es social o político, sino existencial: ese dolor profundo al perder a alguien o algo importante.
Mr. Indie: ¿Mencionan la palabra “queroseno”? Escuché la canción varias veces y creo escucharla.
We Are Wolves: Sí, mencionamos queroseno. La canción es intencionalmente críptica, como un poema raro, y abierta a interpretación. Aunque habla del fin del mundo, cada quien puede adaptarlo a sus crisis existenciales personales.
Mr. Indie: En Cumbia de el que no sabe me sonó un ritmo como el de Da Da Da de Molotov. ¿Es un sample?
We Are Wolves: Conocemos a Molotov, pero ese beat proviene de una máquina Casio de los 80 y es más bien un homenaje a la música electrónica clásica y a nuestros inicios como banda.
Mr. Indie: Entiendo. Cambiando de tema, ¿cuál fue la canción más difícil de terminar?
We Are Wolves: La Fin du Monde fue de las primeras en escribirse y las últimas en completarse. También Man in the Military, que trataba temas de guerra y tuvo que regrabarse varias veces en México con Odin Parada, colaborador de Molotov. Queríamos evitar que sonara demasiado pop o cursi, darle un toque más nuestro.
Mr. Indie: Seul au Cinéma también es intrigante. ¿Cómo fue ese proceso creativo?
We Are Wolves: Fue completamente improvisada con Oliver Ackerman de A Place to Bury Strangers en Nueva York. La canción nació de una improvisación en el estudio, luego estructuramos partes y añadimos letra. Es existencial, romántica y un poco críptica, como La Fin du Monde.
Mr. Indie: Y, por último, ¿qué planean para su fiesta de lanzamiento de Nada en Halloween?
We Are Wolves: No tenemos disfraces todavía, pero la idea de un vestido de novia suena genial. Quizá Pierre-Luc pueda ser el sacerdote. Nos diste una gran idea, ¡gracias!