Melancolía, libertad y fiesta; una noche con café tacvba
Muchas son las agrupaciones que ponen en alto en nombre de México, pero sin duda alguna, Café Tacvba es de las pocas que lo hace en toda la extensión de la palabra, profesando su estandarte mexicano en toda su trayectoria musical.
La banda, puntual como muy pocas, salió al escenario para abrir el telón de una noche mística y musical con el tema “Maria” en cuál atrajo de inmediato la atención de los miles de asistentes, los teléfonos se levantaron y así dio comienzo el show.
Desde sus inicios, Cafe Tacvba ha logrado plasmar la cultura popular mexicana siendo esto una insignia en su propuesta musical y visual, tal es el ejemplo de “Chilanga Banda” y “La chica banda”, temas coreados y bailados por todos los asistentes que hicieron posible el sold out de esta primera fecha en el emblemático Auditorio Nacional.
La energía viajaba despavorida del escenario al público, de regreso y rebotada en cada centímetro del Auditorio Nacional, así se vivió durante toda la velada, especialmente en los temas “El metro”, “Bar Tacuba” y “Las Flores”.
La noche del jueves 3 de agosto fue de esas en las que se viven muchas emociones al mismo tiempo; la nostalgia de los asistentes que han crecido con la música de Café Tacvba y que ha pasado por generaciones, la energía libre y desbordada con una vibra relajada y hospitalaria que emanaba Rubén Albarrán, el orgullo por tener en las listas de bandas mexicanas tan talentosa agrupación que conecta desde el segundo uno con su audiencia, se entrega y vive el concierto como si fuera el último.
Es muy grato ver el amor que el público le tiene a su banda pero más aún cuando es recíproco y la banda profesa abiertamente ese mismo sentimiento de regreso, eso es Cafe Tacvba con su público; puro corazón, buenas vibras y energía que emana de cada concepto, en cada canción a lo largo de sus casi treinta y cinco años de carrera. La noche se desenvolvía libre y feliz, todo el público coreaba “La locomotora”, “Esa noche” y “Volver a ver”.
Ya casi cerrando la noche, el intro inequívoco de “El baile y el salón” corría a cargo de los casi diez mil asistentes, en este tema, la voz de Rubén se entrelazó con las cuerdas de la orquesta dándonos un momento celestial casi onírico.
Este concierto fue una fiesta, un altar a las memorias y sonidos que han acompañado la escena musical mexicana por décadas y para dar fin un clásico en la carrera de Café Tacvba y una de los temas mas entrañables de varias generaciones ; “Ojalá que llueva café” cerró con broche de oro la noche en conjunto con un dueto huasteco.
Y como un plus a todos los asistentes que estuvieron más cerca del escenario, Rubén, Meme, Joselo y Enrique se acercaron a despedirse chocando puños y agradeciendo infinitamente el apoyo de sus fans a través de los años y dejándolos vivir de su sueño todos los días.