Cinépolis y +QUE CINE nos traen la oportunidad de presenciar una experiencia cinematográfica espectacular, convirtiendose en una inmersión completa de tu corazón en otra realidad.
Con un comienzo fuerte y emotivo en el que si eres fiel seguidor del dúo seguramente derramarás algunas lagrimas, ODESZA nos demuestra desde el principio que el propósito de este recorrido cinematográfico es la esencia de mirar al pasado, para ver cómo avanzar. Creando una experiencia mágica y sumamente profunda acompañada con un excelente e impresionante trabajo de imágenes, que en conjunto con la música de su cuarto álbum de estudio homónimo del filme (que por si solo podría ser el soundtrack principal de cualquier cinta), logra crear una atmósfera que conecta y refresca una experiencia realmente agradable, representando perfectamente la última culminación de estudio de los 10 años de carrera musical del dúo.
Este proyecto que llega a su génesis logra hacernos sentir parte del proceso que han recorrido los chicos de ODESZA en su carrera, la conexión con sus fans, así como la dualidad del impacto entre público-artista que al mismo tiempo impresiona con la manera en que te hace sentir, como si estuvieras disfrutando el concierto en carne propia. Resultando increíble la facilidad que tiene el filme para no solamente erizar tu piel con el mágico juego visual que conforma cada luz y toma, si no que te permite entrar en una realidad donde el mundo y los escenarios son parte de lo que ODESZA es únicamente capaz de crear, aumentando el cariño que este dúo logra despertar en su público marcando un hito en sus vidas.
Todo parece increíblemente gigante y lleno de fantasía, sin embargo la película nos recuerda que ahí sigue esta humanidad, regalándonos los momentos exactos de emoción y pausa para demostrar que la amistad y el trabajo es una de las cosas más importantes para Harrison y Clayton, mostrándonos el punto de vista de estar en el ojo de cada espectáculo frente a miles de personas, enlazando completamente las canciones seleccionadas que logramos disfrutar con una emoción que vibra distinto en cada toma, entrando en un punto de quiebre emocional (que no te voy a mentir, puede sacarte más de una lagrima) donde la creatividad y los sentimientos se entrelazan de una forma única para darnos como resultado un poema audiovisual muy íntimo, humano y sobre todo que contrasta muy bien desde los puntos de vista del espectador, creador y producto. Siendo una forma única en la que nos sumergimos por completo en la dimensión creada por ODESZA y todo su equipo, convirtiéndolos una vez mas en grandes exponentes de su genero.
Y así con algo más que una dualidad muy clara a través de la película llegamos a la parte final, con un cierre épico y que te pondrá los pelos de punta, muy bien construido y que regala secuencias en cámara lenta impresionantes que presentes de principio a fin de la cinta seguramente te recordarán algo que has vivido en cuerpo y alma en más de algún concierto, reviviendo con los sonidos épicos que te transportan en tu mente a un videoclip que giraría en torno a ti. Creado y producido por este increíble dúo, The Last Goodbye se siente como el último adiós más íntimo que pudo haberse creado, construyendo nuevamente un mundo con la escencia de ODESZA y con la virtud de ser único en cada una de las almas de los que puedan vivir esta gran experiencia cinematográfica a través de un juego que utiliza el tiempo y el espacio para llevarnos de lo intimo a lo emocionante en una montaña de emociones.
No puedes dejar ir la oportunidad de conocer mas a profundidad a uno de los grupos mas importantes de la música electrónica, que por cierto se presentará en nuestro país el próximo 19 de octubre en el Palacio de los Deportes. Así que no esperes más para ir por tus boletos a Cinépolis y calentar motores mientras esperas por su llegada a México.